La mayor producción del maíz se encuentra entre las latitudes de 55°N y 45°S. Ningún otro cultivo aprovecha la luz solar en una manera tan efectiva como el maíz (es una planta C4), y su rendimiento por hectárea es el más alto de los cereales.
El maíz prospera entre las temperaturas de 21 a 27°C en los meses de verano.
Los suelos deben de estar bastante calientes para poder asegurar germinación y crecimientos buenos y constantes. La temperatura mínima para germinación es de 10°C y con una temperatura del suelo de 16 a 18°C, el maíz normalmente germina después de una semana. El maíz no tolera encharcamiento de agua, por eso un buen drenaje es primordial, sobre todo en zonas templadas y en suelos más pesados.
Después de la germinación, se define cada etapa de desarrollo de las hojas conforme la hoja superior cuyo cuello esté visible. No obstante, desde aproximadamente V6 en adelante, las hojas de más abajo pueden marchitar y caerse de la planta. Entonces en esa etapa es importante contar el número de cuellos visibles en el tallo.
En etapas tempranas de desarrollo de la planta, el crecimiento se limita por el tamaño de las hojas y las malezas. Una producción temprana de follaje también afecta la producción de granos. Sumando, todos los nutrientes necesarios tienen que estar disponibles en el momento oportuno, o un desarrollo pobre restringirá el crecimiento. La etapa más crítica referente a la nutrición es V6.
El maíz puede ser cultivado año tras año en el mismo campo, pero haciendo rotación con otros cultivos ayuda en aumentar el rendimiento al minimizar las enfermedades, las plagas y las malezas. Intercambiando con legumbres puede reducir la demanda de fertilizantes nitrogenados.
Estiércol y purines proveen nutrientes de alto valor, y a la misma vez ayudan en mejorar el contenido orgánico del suelo.
Es importante considerar estos residuos de nutrientes al hacer los cálculos de un programa de fertilización para el cultivo. Los nutrientes faltantes tienen que incluirse, y los ensayos muestran respuestas significativas al fertilizante aplicado agregado al estiércol.
En general el maíz se siembra a profundidad entre 3 y 5 cm en surcos, y con distancia entre cada surco ajustado dependiendo del equipo cosechadora, preferencias regionales, y tipo y uso final del maíz.
El maíz para grano se cultiva normalmente con una distancia entre los surcos de 50 a 120cm. Los surcos más cerrados dejan que las plantas puedan aprovechar mejor la humedad, los nutrientes y la luz en una etapa más temprana por tener más espacio entre cada planta en el surco.
Para producción de maíz para grano en zonas más áridas, la densidad pueda estar tan baja como 25.000 plantas/ha, y en zonas húmedas y tropicales la densidad pueda estar por encima de 75.000 plantas/ha.
En regiones templadas, el maíz forrajero se siembra normalmente con una densidad de 90,000 a 110,000 semillas/ha, y las mejores plantaciones se obtienen a baja altura y en campos que dan al sol.
Es una práctica común sembrar un 10-15% más de semillas de lo que es necesario para tener en cuenta el establecimiento reducido y producir la población de plantas deseada. Las cifras de germinación son generalmente de alrededor del 95%, y otro 5-10% de las semillas pueden perderse por insectos, enfermedades o malezas.
El maíz para grano se cosecha cuando los granos se secaron al nivel adecuado. Una vez que se llega a este punto, la cosecha se puede dejar en el campo para ser cortado más adelante. En algunos casos, sobre todo en climas más templados, los granos tienen que secarse hasta una humedad de 15% o menos antes de ser almacenados, para mantener la calidad y reducir la posible producción de micotoxinas, tales como aflatoxina.
El maíz para ensilado se toma cuando la planta esta verde y el grano está menos maduro que el maíz de grano. El momento de cosecha ideal es de 28-35% MS o cuando el grano llega a la mitad de la etapa de línea de leche, esto proporciona el mejor compromiso en términos de cantidad y calidad de ensilado.
Para hacer ensilaje con maíz prensado, se deja el maíz en el campo más tiempo, y solo se cosechan los granos y se pasan por una prensa antes de ser ensilados, así dando un alimento de alto valor nutritivo sin tener que secarlo a niveles que se requiere para granos de maíz.
Mezclar las espigas es un método de cosecha. Se utiliza una cosechadora con boca adaptada para los granos y partes de la mazorca. Luego se tritura esta mezcla y se ensila. Así dejará que el maíz se coseche más temprano y provee un alimento de alto contenido energético.